Con el desembarco del ejército romano en el año 218 a. C. en Ampurias (Gerona) se inicia un periodo de conquista progresiva del valle del Ebro. La guerra tomó tal dimensión que Roma nombró un ejército con mando consular que, al mando de Catón, llegó a Hispania en el 195 a. C. Se sabe que desmanteló numerosas ciudades, aunque una llamada Segestica resistió, ciudad que si bien se ha querido identificar con Segeda se carece de argumentos sólidos para ello.

La batalla que se libró en el año 188 antes de Cristo en Calagurris (Calahorra, La Rioja) marca el punto de mayor penetración de los romanos en el interior del valle del Ebro. Ya para entonces las poblaciones celtíberas próximas habían sido sometidas. Para consolidar la conquista Graco funda Gracurris (Alfaro, La Rioja) en el 179 a. C. e impone un pacto a los indígenas sometidos. Segeda fue la única ciudad del interior del Sistema Ibérico que será nombrada entre las que participaron en dicho pacto.

Livio es explícito sobre las cuantiosas recaudaciones obtenidas en los primeros años de conquista. El propio Graco aportó 40.000 libras de plata y después, en el 175 a.C., Claudio 10.000 libras de plata y 5.000 de oro. Pero además de las cifras declaradas encontramos la aceptación por parte del Senado romano en el 171 a. C. de la protesta de los legados hispanos sobre la existencia de un expolio por parte de magistrados romanos, logrando “que los magistrados romanos no fijarían el precio del trigo, ni obligarían a los españoles a vender sus vigésimas al precio que señalasen, ni pondrían en las ciudades recaudadores encargados de recoger los impuestos”. [F. Burillo Mozota]


Beltrán Lloris, F. Martín Bueno, M. Pina Polo, F., Roma en la Cuenca media del Ebro. La Romanización en Aragón, CAI, 2000. pp.28-30. VER PDF

 

 

© Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda | c/ Horno 9, 50331 Mara (Zaragoza / España (Spain))

 

INICIO