Pedro Bosch Gimpera, considerado como el más importante de los arqueólogos hispanos de la primera mitad del siglo XX, se hizo eco de las excavaciones del Conde de Samitier en la necrópolis celtibérica de Durón de Belmonte de Gracián, cuya primera y única noticia conocida fue publicada en el Anuari del Institut d´Estudis Catalans.

Las formas y decoraciones cerámicas descubiertas en dicha necrópolis serán interpretadas por Bosch en 1915-20 como un conjunto cerámico intermedio entre los de Numancia y el Ebro (La Zaida), lo que le sirve para explicar en parte "la penetración de la cultura ibérica a Castilla".

Cuando publica en 1932 su obra cumbre: Etnología de la Península Ibérica, sitúa la necrópolis de Belmonte en territorio lusón y utiliza sus vasijas para defender la aparición de la cerámica pintada de tipo ibérico en las denomina "necrópolis posthallstátticas de Soria y Guadalajara".

Esta visión continuará en 1958, tal como aparece en su obra editada en el exilio mejicano: Todavía el Problema de la Cerámica Ibérica. [F. Burillo Mozota]

Bosch Gimpera. P., Todavía el problema de la cerámica ibérica, Cuadernos del instituto de historia. Serie antropológica nº 2. U. Autónoma de México, 1958.pp.79-80.
Bosch Gimpera. P., “Secaisa, Segeda, Poyo de Mara y Durón de Belmonte (Calatayud)” en el catálogo de exposición “Arqueología 92”, Museo de Zaragoza, mayo-septiembre, 1992. pp.271-273.

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