Schulten había publicado en 1933 que la ciudad de Segeda se situaba en Durón de Belmonte de Gracián, lo cual fue aceptado por todos los investigadores, hasta la década de los años setenta donde surgió un breve periodo crítico actualmente superado.

La identificación en el Poyo de Mara de un yacimiento arqueológico con una extensión de varias hectáreas llevó a Francisco Burillo y Mariano Ostalé en 1985 a identificarlo como ciudad, dado que los estudios sobre jerarquización del hábitat realizados en este territorio celtibérico habían demostrado que solo existían dos categorías de asentamientos, los pequeños que correspondían a poblados y los grandes a ciudades. Pero surgía el interrogante de conocer el nombre que tuvo en la etapa celtibérica.

La aplicación de las estrategias analíticas de la Arqueología Espacial desmostraron que en la sociedad celtibérica no podían existir dos ciudades en situación inmediata, ya que cada una debería jerarquizar su propio territorio. La sucesión en el tiempo de la misma ciudad era la única de las soluciones posibles. Las evidencias arqueológicas han demostrado lo acertado de esta propuesta. La ciudad de Segeda se situó en primer lugar en Mara y, tras su destrucción, se construyó la nueva ciudad en Belmonte. [F. Burillo Mozota]

Burillo Mozota, F., Ostalé, M., “Sobre la situación de las ciudades celtibéricas Bilbilis y Segeda” en Kalathos 3-4, revista del SAET, Teruel, 1984. pp.287-309.

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